La promesa de una recompensa, ya sea una compensación económica o regalos electrónicos, puede motivar a los miembros del grupo no sólo a participar, sino también a permanecer durante toda la duración del estudio clínico y dar mejores respuestas.
Las recompensas crean un sentido de responsabilidad y dedicación para cumplir su papel en el estudio. Esta mayor motivación y compromiso aumenta la probabilidad de que los participantes se adhieran a los procedimientos del estudio.
Las recompensas crean confianza y buena voluntad entre investigadores y participantes. Cuando los participantes reciben las recompensas prometidas con prontitud y equidad, se sientan unas bases positivas para la relación.